EL PERIODISMO Y LA ERA DE LAS REDES SOCIALES




En los últimos años hemos asistido a un cambio radical en el modelo comunicativo. Esta transición no solo ha afectado a los usuarios de internet, que cada vez participan más en el nuevo entorno comunicativo, sino que los propios periodistas han tenido que incluir en sus rutinas diarias otras herramientas nacidas del desarrollo de la web 2.0. Las redes sociales han transformado el ecosistema mediático. La actualidad informativa pasa por un proceso en el cual el usuario es un creador, consumidor y distribuidor de contenidos.
Las redes sociales empiezan a ocupar un puesto importante en las redacciones periodísticas. Se trata de una nueva forma que tiene el periodista de rastrear cuál es la última hora de determinados temas o tomar el pulso sobre lo qué interesa o no a los ciudadanos. Así, acontecimientos como el terremoto de Lorca, el movimiento del 15M o el trágico suceso de la desaparición de Marta del Castillo han puesto de relieve la importancia que estas nuevas plataformas sociales han adquirido en el seno de las redacciones periodísticas, donde hoy más que nunca Twitter o Facebook son dos vías más de información para los periodistas del nuevo siglo. Ante la influencia que los Social Media están provocando en la vida de la gente y en las nuevas formas de trabajo del periodista, este artículo pretende abrir una reflexión y arrojar algunas claves del papel que están jugando las redes sociales en el trabajo de los periodistas y de qué forma están utilizando ellos estos recursos.
La comunicación y el periodismo están cambiando debido a la aparición de nuevos medios digitales. El uso de internet se ha intensificado y, además:
§  Ha surgido una nueva producción de contenidos multimedia 
§  Se ha dado forma a nuevos discursos, lenguajes y narrativas;
§  Cada vez es más común el uso de dispositivos móviles para la emisión y recepción de mensajes;
§  Han cambiado la gestión de la información, las prácticas de comunicación y los procesos socioculturales.
El internet nos ha llevado a reinventar los medios de comunicación convencionales, a reconfigurar su modelo de negocio, sus rutinas productivas y sus objetivos en el mercado mediático.
Los medios tradicionales han sido, son y seguirán siendo validadores de los hechos. Deben pasar de los clicks que conducen al contenido tradicional a entender que las redes son diversificación de su modelo de negocio e incorporar el escenario digital a sus rutinas productivas. Es decir, captar la atención de los jóvenes e incorporarse a su agenda de consumo.
Los medios y los periodistas tradicionales se han preocupado poco por saber cómo llegar a los jóvenes y cómo atender sus necesidades de consumo informativo. La razón para no preocuparse es el haber dado por sentado que el joven solo consume música.
Estudios académicos demuestran que las audiencias juveniles quieren contenido informativo, cultural y deportivo. Los jóvenes están consumiendo contenidos alternativos y atractivos que combinan el audio, el video y la fotografía.
Estos nuevos escenarios comunicativos hacen cada vez más necesario promover debates sobre dicho proceso convergente, no solo en contextos profesionales y sociales, sino también desde el punto de vista de la formación.

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